HERMANDAD DE VETERANOS DE INFANTERÍA "REGIMIENTO ESPAÑA 18"

 

 

RECUERDOS DE LA MILI

Recuerdos de un Infante Carrista.- por JOFECA

(Estos recuerdos son parte de mi libro "Memorias de un Infante", que es una biografía escrita por mí, de la que tengo editados dos libros  que he regalado a mis dos hijos.)

    Por el Cuartel de Antigones de Cartagena (hoy Escuela de Telecomunicaciones de la UPCT), han pasado desde que se construyó en el año 1783, varias Unidades de Infantería. En la primera parte del siglo XX y hasta la Guerra Civil, estuvieron de guarnición en dicho Cuartel los Regimientos Sevilla nº 33 y Cartagena nº 70, después de la Guerra Civil, ya en el año 1943, el Regimiento Sevilla nº 40 hasta el año 1960 en que fue disuelto.

                                            

                                                        Colectivo del Bón. Expedicionario del R.I. Sevilla nº 33 durante    En la explanada de la plaza de toros  año 1946     Desfilando en la explanada plaza de toros          Durante un ejercicio de tiro en Tentegorra 

                                                        la guerra de Marruecos    año 1922-23                                                                                                                                        Año 1948                                                        Año 1946

 ( Fotos cedidas por el Capitán de O.M.  D. Francisco Ruiz Navarro)

   En Febrero de 1961 llegó a Antigones procedente de Betera (Valencia) el Regimiento de Infantería España nº 18, que entonces se denominaba "Agrupación de Infantería". Durante los años 1962 y 1963, dos Batallones de Maniobra de dicho Regimiento fueron destacados al Aaiun (antiguo Sahara español), regresando el último Batallón a Cartagena en Noviembre de 1963.

                                             

                                                                   Descarga de material en la playa del Aaiun   Año 1962                                                     Camellos abrevando    Año 1962                                     Sobre una barcaza de desembarco en la playa del Aaiun -1962

                                                    

                                                                                         Tratando de comprar una cabra a un nativo       Año 1962                                                                             Con niños nativos en las inmediaciones del Fortín            Año 1963

(Fotos cedidas por el Capitán de O.M.  D. Francisco Ruiz Navarro y la Viuda del Capitán Guerrero Ruiz)

   En los años 1964 y 1965, el Regimiento estaba formado por un solo Batallón, a parte de su Plana Mayor y las Unidades de apoyo, la vida diaria consistía en la instrucción en la explanada frente a la plaza de toros y marchas al Campo de Tiro de Tentegorra  o a la zona del Almarjal , así como maniobras tipo guerrillas que se llevaban a cabo por la zona de Alcoy y la sierra de Aitana en la provincia de Alicante. También se realizaban maniobras por la zona de Fuente Álamo de Murcia en las estribaciones de la sierra de Carrascoy.

                                                                  

                                                                                                    Desfilando por la Alameda de San Anton    Año 19664-65                                                                                   Cabos 1º fotografiados en el Cuartel de Antigones   Año 1964  

                                                         

                                                                                        Hogar del Soldado Cuartel de Antigones       Año 1964-65                                                                Personal participante en una guerrilla fotografiados en el Cuartel de Antigones  Año 1964-65

(Fotografías cedidas por el Capitán de O.M. D. Francisco Ruiz Navarro y el Comandante D. José Fernández)

   En Diciembre de 1965 y después de varias denominaciones, se transforma en Regimiento Mixto de Infantería España   nº18 con un Batallón de Carros Medios y un Batallón Motorizable.

    A partir de aquí todos mis recuerdos estarán relacionados con el Batallón de Carros, Unidad en la que estuve  destinado 25 años.

     A comienzos del año 1966, al formarse el Batallón de Carros y por no haber personal especializado en Carros de Combate, se organizó un curso de un mes en el Batallón de Carros Medios del Regimiento Vizcaya nº 21 con base en Betera (Valencia) . Para realizar dicho curso se designan varios Oficiales y Suboficiales y a unos 18 Cabos 1º. Durante este curso intensivo, aprendimos las características del carro M-47,  que era el modelo que iban a entregar al Regimiento, así como las misiones de cada tripulante: Jefe de carros, apuntador tirador, cargador, conductor y ayudante de conductor. Se hizo un gran hincapié en la tarea de conducir, pues cuando vinieran los carros al Regimiento, en los primeros meses como se demostró después, serían los Cabos 1º los encargados de mover los carros.

                                                                      

                                                                                       Cabos 1º realizando el curso de carros en Betera      Año 1966                                                                 Personal del Regimiento que asistió al Curso de carros en Betera (valencia) Año 1966

(Foto cedida por el Comandante D. José Fernández)

    Aunque desde Febrero de 1966 el Batallón de Carros estaba formado, todas las Compañías estaban todavía en el Cuartel de Antigones, pues en Tentegorra no había nada edificado para su alojamiento, excepto un edificio que se usaba como cocina cuando en los años anteriores los reclutas subían para hacer el periodo de instrucción.

   Al iniciarse el mes de Marzo de dicho año, la Primera Compañía de Carros al mando del Capitán Rivas Roldan se traslada al Campamento de Tentegorra, donde se alojan en tiendas de campaña cónicas. Para alojamiento de la guardia se instala a la entrada del Campamento una tienda, la cual hace las veces de Cuerpo de Guardia, guardia que estaba al mando de un Cabo 1º.

                                                                                 

                                                                                                         Entrada Cuartel de Tentegorra                                                               Personal de guardia en Campamento Tentegorra fotografiados delante de la tienda del Cuerpo de Guardia  Año 1966

(Fotos cedidas por el Tcol. D. Salvador Atencia y el Comandante D. José Fernández)

     Cuando la Primera Compañía llega a Tentegorra todavía no hay Carros de Combate. Además, como Oficiales encontramos al Teniente Chumilla y los Cabos 1º José Luis, Baeza, Salamanca, Carrasco, Felipe y alguno más que no recuerdo. El personal se dedica a  recibir clases de teórica del Carro M-47 y  a colaborar con  los obreros de la Comandancia de Obras, los cuales habían  empezado a construir la primera nave que serviría de alojamiento a la Compañía una vez que estuviera terminada. Otro grupo de soldados, apoyaba la construcción del comedor de tropa que se estaba haciendo a la misma vez, esta construcción, corría a cargo del Regimiento con soldados albañiles controlados por un Teniente . Sobre esto voy a contar una anécdota:  diariamente, se nombraba a un Cabo 1º y varios soldados para auxiliar en la obra de la Comandancia, para lo que había voluntarios, pues a media mañana les daban un bocadillo y una bebida gratis, sin embargo, para la obra del comedor no quería ir nadie pues no había bocata y el Teniente les puteaba en cantidad.

   Durante los primeros meses con el personal libre, los Cabos 1º que habíamos hecho el cursillo de carros empezamos a dar clases  teórica a la tropa. Recuerdo que nos poníamos entre los pinos, por aquella época el Acuartelamiento de Tentegorra no estaba todavía cercado con el muro actual, eso pasará varios años después, pues bien, durante esos meses nos dedicamos a instruir a la tropa sobre las diferentes partes del carro que se aprendieron de puta madre, solo les faltaba la práctica de conducir, cosa que intentamos hacerlo haciendo un soldado de carro y el otro le dirigía la maniobra, aquello era un numerito, que si adelante que si atrás, para la izquierda para la derecha...

   A comienzos de Octubre empezaron a venir los primeros carros de Combate, mayoría procedían del Regimiento de Caballería de Betera, fueron situados en una zona del campamento en un aparcamiento provisional de tierra, los Cabos 1º que éramos los únicos que los sabíamos manejar los poníamos en marcha y los movíamos de un sitio para otro.

   Comenzamos a dar clases sobre los carros. Algunos soldados habían pasado ya 7 meses en el Cuartel por lo que se licenciaron sin haber visto carro alguno.

  Al final del año 1966 se terminó de construir la primera nave y  la Primera Compañía paso a ocuparla. Las tiendas de campaña fueron  ocupadas por la Segunda Compañía que subió del Cuartel de Antigones con el Capitán Verdia al mando y entre los Cabos 1º venían Victoriano y Saavedra.

   Por esa época se termino de construir el comedor de tropa y la tropa que hasta ahora comía en la tienda o donde podía, ahora lo hacía en el comedor. El problema era que el comedor estaba a mas de 100 metros de la cocina que como dije antes era la única nave construida en el campamento antes de llegar nosotros, y cuando llovía los ordenanzas de comedor tenían que ir a la carrera con las bandejas de comida.

  Desde que llegaron los carros empezamos a dar clases prácticas y teóricas. Los profesores solíamos ser los Cabos 1º, pues los Sargentos que había en la Compañía no habían hecho el cursillo de carros y no tenían ni idea. Empezamos a formar los conductores porque a la hora de salir de maniobras era muy importante llevar un buen conductor, pues lo demás al principio no era muy importante, ya que no se solían realizar ejercicios de tiro con las armas del carro. El carro  había sido usado en la guerra de Corea y que nos había llegado incluso con impactos de proyectil en la coraza. Todos los letreros que había en el interior estaban en ingles. El carro lo propulsaba un motor marca Continental de 810 CV de gasolina y gastaba cada 100 Km. una barbaridad. Llevaba 2 depósitos de combustible de más de 800 litros entre ambos.

   Debo recordar que la Compañía la mandaba todavía el Capitán Rivas Roldan y entre los Tenientes  estaba el Teniente Chumilla, pues al mando de éste salimos por primera vez una Sección de carros de maniobras en el primer trimestre de 1967 a la zona de Los Canovas en Fuente Álamo. Una Sección de carros la forman 5 carros, el del Jefe de Sección mandado por el Teniente y que llevaba un Cabo 1º de Tirador, todos los demás carros iban mandados por Cabos 1º, entre ellos José Luis, Felipe, Carrasco y Salamanca. Como era la primera vez que salíamos, los conductores no tenían todavía mucha experiencia en conducir en carretera y el carro mandado por el Cabo 1º Salamanca, al pasar por el pueblo de Las Palas en Fuente Álamo, al hacer un giro brusco a la salida del pueblo la parte trasera del carro  derribó la pared de un patio. Este incidente le costó al Cabo 1º Salamanca  un arresto de dos o tres días. Como eran las primeras maniobras que se hacían con carros nos dedicamos a movernos de un sitio para otro, estuvimos acampados varios días en las inmediaciones de Los Cánovas y pasamos una semana por aquella zona.

                                                

                                                                          Cabos 1º fotografiados en el Campo de Tiro de Tentegorra en sus primeros tiempos    1967-68      1ª Sección de Carros,de izq. a dcha. Cabo 1º Felipe, Sgto.1º Pizarro, Tte. Labrador, Sgto. Prior, Cabo 1º Carrasco

(Fotografías cedidas por el Comandante D. José Fernández)

   Por el año 1967, se hizo cargo del mando de la Compañía el Capitán Rodríguez López, un Capitán que ya estaba en Antigones y que era el encargado de dar las clases de gimnasia y con el cual había que tener mucho cuidado. Cuando bajaba a la explanada de la plaza de toros a dar las clases de gimnasia,  junto con él  bajaba al peluquero  y a todo aquel que se equivocaba en algún ejercicio mandaba pelarlo a cero. Casi a la misma vez que el Capitán, vino también el Teniente Labrador que pasó a mandar la 1ª Sección de carros en la que estaba yo mandando el carro 112, carro que mandé hasta el año 1977 en que ascendí a Brigada. Por esa época, estaban también destinados  en la Compañía los Sargentos Domínguez, especialista y Prior, Pizarro y Rodenas, este último un Sargento que tenia mas de 50 años y que había estado un montón de años de Cabo en las tropas nómadas en el desierto del Sahara. Hasta un total de 20 mandos, entre Sargentos y Cabos1º, pues la Compañía tenia 17 carros y había a veces más mandos que carros.

    Durante esta época, empezaron a hacerse los aparcamientos para la Primera Compañía en la parte alta izquierda del Campamento. Se hicieron con el personal de la Compañía y con la arena y cemento que traían los camiones militares, como por aquella zona había muchas piedras había que rebajar las piedra a fuerza de pico. Recuerdo que el Cabo 1º Salamanca que presumía de musculitos, un día se quedó con el torso desnudo y cogió el pico y empezó a darle a la piedra, a todo esto que llega el Capitán, que como he dicho antes no se quedaba atrás, y quitándose la camisa agarró el pico y empezó a darle a la piedra diciéndole a Salamanca que no valía para nada. Salamanca es que era un caso, el Capitán lo tenía frito, pero es que no paraba de hacerla, un día se puso a rellenar el aceite de la transmisión del motor del carro, en la que cabían 200 litros, y como se pasó de nivel, después de tener el motor del carro en marcha un rato, intentó quitarle lo que le sobraba desenroscando el tapón de vaciado, que al estar el aceite ya muy caliente no pudo poner por lo que se perdieron casi 200 litros de aceite. Estuvo cerca de que el Capitán le cobrara el importe del aceite, lo que no le perdonó fue la pérdida de una funda de ametralladora de 12,70 que valía entonces sobre las 4.000 pesetas y que se las fue descontando en varios meses de su paga de Cabo 1º.

  El Capitán Rodríguez seguía mandando las clases de gimnasia y su manía era que todos los Cabos 1º bajáramos a hacer gimnasia, cosa que intentábamos no hacer con cualquier excusa. Por la mañana, cuando veía que no estábamos empezaba a decir que saliéramos de la cueva y hallá que empezábamos a aparecer Cabos 1º por todas partes. 

                                                                               

                                                                                   Cabos 1º durante un descanso en Maniobras  Año 1967                                                              Primera Compañía de Carros con el aparcamiento ya terminado  Año 1968-70 

     Un hermano mío estuvo cuando mandaba este Capitán la Compañía prestando prestando su servicio en la misma, estaba en el equipo "A"  (no el de la tele), bajo el mando del Sargento Domínguez el especialista en motores. El equipo "A" estaba formado por personal de tropa, la mayoría  mecánicos de vehículos que eran los que se encargaban de reparar las pequeñas averías de los carros, pues para las grandes averías solía venir un equipo mecánico de Segovia cada 6 meses.. Recuerdo que un día que estaban todos los carros en la explanada principal porque se esperaba la visita de un General, había un carro que no era posible poner en marcha el motor y el Capitán estaba muy cabreado, cuando de pronto, el carro arrancó y el Capitán se acerca preguntando quien lo había arrancado, cuando le dicen que había sido Carrasco va i dice " un Carrasco tenia que ser" y me dice a mí que estaba presente que lo apuntara para 15 días de permiso, creo que mi hermano todavía esta esperando el permiso.

   Siguiendo también con historias de este Capitán, diré que entonces habíamos  en la Compañía 3 0 4 Sargentos y Cabos 1º que estábamos gorditos. Un día nos reunió  en su despacho y nos dijo que tenía unas pastillas muy buenas para adelgazar que las estaba tomando su mujer (no serían las pastillas anticonceptivas pues tenía 12 hijos)  y que le daban muy buen resultado. Yo me tome dos y lo dejé, pues me entró una cagal...de miedo. También un día que estaba un mecánico cambiando un filtro de aceite del carro y no podía extraerlo , dijo que lo dejara a él y ni corto ni perezoso  se metió debajo del carro y empezó a tirar del filtro. No tuvo en cuenta que cuando se quitaba el filtro caían 2 o 3 litros de aceite que solían quedar retenidos en dicho filtro, en resumen, que le cayó todo el aceite encima y se manchó toda la guerrera azul, llevando la guerrera puesta todo el día hasta que se marchó por la tarde.

   El Teniente Labrador que como he dicho pasó a mandar la 1ª Sección de Carros, era de un pueblo de Valladolid y estaba soltero. Cuando estuve destinado en Bilbao en el año 1990, un Coronel que lo conocía me dijo que había  muerto hacía unos pocos años con el empleo de Teniente Coronel. Cuando estaba en Cartagena, se juntaba mucho para salir con el Teniente Segado y con un Alférez  especialista que se llamaba Ancas , este Alférez  se ve que tenía un hueso en el estomago, pues jamás lo veías que se agachara para mirar bajo un coche o un carro. Siguiendo con Labrador, tenía la manía que para ir y venir a la línea de carros desde la Compañía , había que ir formados con los Sargentos a la cabeza y cantando. Los Sargentos, sobre todo un Sargento 1º ya mayor, se plantaron un día y le dijeron al Capitán que no subían a los carros en cabeza y cantando, al final lo consiguieron, pero los Cabos 1º seguimos en formación y cantando. A este Teniente no lo podían ver los Cabos 1º ni la mayoría de los Sargentos, pero el Cabo 1º Felipe y yo, que estábamos con él en la Sección de Carros, nos llevábamos estupendamente con él hasta el punto que un día el Capitán nos arrestó y él nos quitó el arresto. Fue de la siguiente forma: la Compañía tenía un carro-pala, que era un carro como los otros pero en lugar de cañón llevaba una pala en la parte delantera. Este carro en caso de guerra se usaba para ir levantando campos de minas contra personal, pues bien, el Capitán nos dijo a Felipe y a mí que teníamos que quitarle la pala al carro, tarea que normalmente hacían los mecánicos,  pero que nos lo encargo a nosotros porque sabía que nosotros hacíamos cualquier cosa con los carros. Empezamos a quitar la pala y cuando eran ya más de las 7 de la tarde (entonces se salía a las 5) y viendo que no podíamos terminar, lo dejamos para la mañana siguiente. Cuando el Capitán paso por allí sobre las 8 (como se alojaba en la Residencia no tenía hora para irse) y vio que no lo habíamos terminado entró en cólera , de tal forma que a la mañana siguiente cuando llegamos nos estaba esperando y nos puso 5 días de arresto sin salir. Cuando le contamos a nuestro Jefe, el Teniente Labrador, lo que nos había pasado y el motivo del arresto se fue a ver al Capitán y le dijo que a sus Cabos 1º solo los arrestaba él, quitándonos el Capitán el arresto. Eso era un Teniente con dos pares de C..., pues podía ser muy malo con los demás pero a los suyos los defendía con uñas y dientes . Debo decir también una cosa, Felipe y yo siempre le teníamos los 5 carros de la Sección en perfecto estado, lo mismo los nuestros que los otros 3, les hacíamos las revisiones y nos encargábamos de todo.

    Durante el año 1967, cuando se terminó de hacer la segunda nave que se construyó detrás de la Primera Compañía, pasó a la misma la Segunda Compañía que como recordarán estaba en las tiendas de campaña que les cedió la Primera Compañía . La Comandancia de Obras empezó a construir un nuevo edificio, éste ya con una planta baja y un primer piso donde se alojo la Compañía Plana Mayor de Carros.

                                                               

                                                                           Primera tripulación que tuve en el carro 112, empezando por la derecha el primero era el Cabo            Jefes  Oficiales fotografiados en los primeros años del Batallón en los jardines a la entrada del Campamento

                                                                               de Jijona y el segundo el conductor de Mula. Me gustaría reunir de nuevo a esta tripu-                                                                          Año 1970-73

lación, pues tengo muy buenos recuerdos de ella.  Año 1966-67

     En el año 1969 fui durante una semana con mi carro 112 a la zona de Campoamor en la provincia de Alicante, donde se estaba rodando la película "El largo día del Águila" . Fuimos una Compañía entera de carros a los que le habían pintado la cruz gamada, pues la película es sobre la II Guerra Mundial y la lucha entre el ejercito alemán y las tropas inglesas. Durante la semana los carros se quedaban allí y a nosotros nos traían todas las tardes a Cartagena en autobús, yo no salía en la película, sólo salía el carro con el conductor a que no se le veía por llevar la escotilla cerrada. Nos pagaban todos los días sobre 500 pesetas y nos daban para comer bocadillos, esto a la tropa, a los Oficiales y Suboficiales les daban de comer en un catering que llevaban para el personal de la película. En esta película trabajan Paco Rabal y dos artista americanos, uno de ellos es Frederick Stafford, un artista que aquí en España hizo varias películas y que había trabajado con el famoso director Hitchcock en la película Topaz, una de espías. A las escenas que se rodaron en Campoamor , sólo vino este último que hacia el papel de Capitán inglés . También salía un artista italiano llamado Renzo Palmer que hacia el papel de Sargento inglés. Esta película también se rodó en el interior del Arsenal Militar de Cartagena, donde sí aparece Paco Rabal. Si la queréis ver la podéis bajar de Internet porque en video- club creo que no está. Las escenas rodadas en Campoamor con los carros, el Capitán inglés y el Sargento disparando aparecen en los primeros 10 minutos de la película.

    A comienzo de 1970 se fue destinado el teniente Labrador y vino a mandar la 1ª Sección de Carros el Teniente Gómez Ortega, un Teniente que nos llevábamos muy bien con él, aunque tenía una manía: cuando ordenaba que no asomara nadie la cabeza por la escotilla, como se te ocurriera asomarla aun fuera el Jefe de Carro, porque con la escotilla cerrada y el polvo no se veía nada, por la radio del carro te echaba una bronca de cuidado, hoy en día esta retirado de Coronel y vive en Cartagena donde vino recién casado y ya se ha quedado para siempre, es de una ciudad de Castilla-León.

   Durante estos años se fue terminando de construir el edificio siguiente y ya subió la Compañía Plana Mayor y la Tercera Compañía de Carros, aunque ésta última no tenía todavía carros pues les fueron entregados años después.

    Durante los años 1970-72 se realizaron ya maniobras con la Compañía de carros al completo, recuerdo que unas de las primeras fue por la zona de Yecla en Murcia cuando mandaba aun la Compañía el Capitán Rodríguez López. También empezaron a desfilar los carros con motivo del día de la Victoria, el desfile se hacia entonces por el Paseo de Alfonso III de Cartagena.

   Se empezaron a construir los siguientes edificios que alojarían al Batallón Motorizable y a la misma vez se construía en la parte alta la nueva cocina y comedor de tropa.

   A comienzo de 1971, la Compañía cambió de Jefe siendo destinado para su mando el Capitán Vázquez Duran. Cuando no enteramos que venía a la Cia. nos pusimos todos en guardia, pues tenía muy mala fama por duro, pero luego, con el tiempo, se fue adaptando a lo que era una Unidad de Carros, pues no es lo mismo mandar una Cia. de fusileros que siempre iban a pie que una Cia. de carros.

   En Mayo de 1971 ascendí a Sargento y al haber sacado buen número me quedé destinado en la Primera Compañía.

   Sobre el Capitán Vázquez Duran, que tenía un tic que no paraba de mover una pestaña, tengo varias anécdotas , sobre todo una que le pasó con el Sargento Suárez, alias "El Águila" . Era un Sargento que había estado mucho tiempo destinado en paracas y que a diferencia de los otros era un jeta, pero un jeta con gracia. Resulta que éste Sargento cuando vino destinado al Regimiento lo mandaron al Batallón Motorizable y no había forma de controlarlo por lo que lo mandaron a la Primera Cia. para que el coco del Capitán lo controlara. Pues bien, en la Compañía le encargaron el cometido de controlar todo el material que llevaban los carros y que estaba depositado en un almacén de la Compañía . Parece ser que hacía tiempo que faltaba una llave de relojero (llamábamos llave de relojero a una llave fija de más de 1,5 metros de largo y que pesaba no menos de 40 Kg. que se usaba para tensar y destensar las cadenas del carro). Una copia exacta de esta llave hecha con chapa permaneció mucho tiempo como monolito en el jardín  que había frente a la Compañía, pues bien siguiendo con "El Águila" ,resulta que siempre llegaba tarde a la formación de las 9 de la mañana cuando el Capitán ya había recibido las novedades del Oficial de Semana, el Capitán una vez cansado de que llegara tarde, una mañana intentó arrestarlo, pero "El Águila" se las sabía todas, diciéndole al Capitán que no se figuraba de donde venía y le dijo que había estado buscando por la zona de los carros y que había encontrado la llave de relojero, mandando a continuación a un soldado a que recogiera la llave y la trajera, por supuesto la llave la había puesto allí para un caso de estos.

                                                                        

                                                                              Tripulación de carro formada para revista con motivo de desfile de la Victoria   Año 1968-70                                       Fotografiado con mi tripulación delante del carro 122   Año 1971-7

 

 

   Del 15 al 29 de Noviembre de 1971 participé por primera vez de Sargento en una Patrulla de Oficial en la zona de Crevillente (Alicante) , iba mandando la patrulla el entonces Teniente Ávila Guerrero, un Teniente que había venido destinado a mi Compañía, que era de la zona de Granada y que se echó novia y se casó aquí en Cartagena. Recuerdo que acampamos cerca del pueblo de Hondón de las Nieves, yo iba encargado de la cocina, debiendo hacer la compra todos los días por los pueblos de los alrededores. La misión de estas Patrullas, compuestas normalmente por un Oficial, 3 Suboficiales o Cabos 1º y unos 25 de tropa, era recorrer la zona y fotografiar y tomar nota del terreno y la población, realizando el Oficial un informe con todos estos datos que debía entregar a su vuelta al mando.

  Aunque yo tenía el cursillo de carros que hice de Cabo 1º en Betera, a primero de Abril de 1972 empecé el Curso de Jefe e Instructor de carros de Combate, que se hizo en el propio cuartel y a primero de Junio nos examinamos y nos dieron el Titulo. Con este Titulo  te podías poner el emblema de carros en el pecho de la guerrera de paseo, luego cada año que estabas destinado en carros, podías añadir una barra roja al emblema y cuando llevabas 5 años suprimías las 5 rojas por una amarilla.

   A comienzo del mes de julio de 1972 estuve en unas guerrillas por la zona de Fuente la Higuera (Valencia), las guerrillas siempre se hacían a pie, no se llevaban los carros, estuvimos una semana por la zona. Como siempre intentando hacer sabotajes al enemigo y haciendo marchas a pie cargado con 20 Kg. en la mochila, en las guerrillas normalmente se comía a base de raciones en frío.

                                                                                 

                                                                                                                              Personal participante en una guerrilla                                                                                                                            Durante una guerrilla

 Del 12 al 17 de Noviembre de 1972, salí de maniobras con los carros  por primera vez después de haber ascendido a Sargento. Fuimos a la zona de Alpera, en la provincia de Albacete. Siempre que íbamos de maniobras con los carros a la zona de Albacete, embarcábamos en el tren en la estación de Cartagena, bajábamos con los carros a la estación por la carretera de Tentegorra, continuábamos por la ahora calle Jorge Juan, que entonces era un camino de tierra y a continuación por donde está ahora la UNED, íbamos hacia la calle Pintor Pórtela  en dirección a la estación. Al meter el carro en la batea, que es como se llama la plataforma donde se transporta el carro, hay que llevar mucho cuidado, pues el carro entra muy justo y si te descuidas puede caer al suelo. Normalmente el Jefe de carro se ponía delante del carro mirando al conductor y andando de espaldas le hacía las señales reglamentarias  con los brazos, esto de las señales era muy importante, prácticamente el que guiaba el carro era el Jefe de carro, limitándose el conductor sólo a recibir sus consignas. Sobre esto de los embarques de los carros, voy a contar una anécdota que le pasó a un Sargento que era un poco gafe y que tenía también poca idea: dicho Sargento, lo tendré que citar más adelante cuando iba conmigo en una ocasión en que yo mandaba una Sección de Carros por falta de Oficiales. En la estación de Cartagena, donde se embarcan los carros hay dos vías juntas  y una vez que íbamos de maniobras montaron dos convoyes con plataformas en ambas vías, de modo que las plataformas quedaron prácticamente una junto a la otra, separadas a penas por medio metro. A dicho Sargento que era la primera vez que salía con los carros, le habían advertido los jefes y compañeros que llevara mucho cuidado al embarcar el carro por lo estrecha que era la batea o plataforma. Al llegar, se puso a embarcar el carro  y metió una cadena del carro por cada batea, de modo que estaba medio carro en una batea y el otro medio en la otra, quedando por lo tanto media batea de cada lado libre. Una vez que tenía el carro dentro, se dirigió a los demás diciendo:   “¡ joer no decíais que entraba muy justo pues mirad lo que me sobra a mí!” . Cuando aparecieron  el Capitán y el Comandante se echaron las manos a la cabeza. Una vez que llegamos a la estación de Alpera, como en la estación no había muelle con rampa para poder bajar los carros, los de Ingenieros hicieron uno con tablas y materiales. Una vez los carros bajados del tren nos dedicamos una semana a hacer temas tácticos con los carros por aquella zona.

   El 16 de Enero de 1973, me nombraron junto con el Teniente Ávila Guerrero para llevar una partida conductora de reclutas desde la Caja de reclutas de Albacete al Centro de Instrucción de Reclutas nº7, que entonces estaba en Betera (Valencia). La misión de una partida conductora de reclutas, consiste en hacerse cargo de los reclutas en la Caja correspondiente y luego mediante camiones o a pie trasladarlos a la estación, donde se va pasando lista y  se van acoplando en los distintos vagones. Durante el viaje hay que vigilar que nadie se baje del tren ni que vayan haciendo nada raro. Normalmente se va auxiliado por varios Cabos y Soldados veteranos, según sea la cantidad de reclutas a trasladar, pues muchas veces suelen ser cientos. Yo de esto tenía experiencia, pues ya siendo soldado en Valencia, en la Unidad de Automovilismo, me tocó auxiliar a un Cabo para llevar reclutas desde la Caja de Reclutas de Játiva al puerto de Cádiz. Recuerdo que íbamos en vagones con asientos de madera y el viaje de Játiva a Cádiz duró lo menos 3 días. Estoy hablando del año 1962, a los escoltas nos daban en mano la plaza en rancho y un plus que en total no llegaba a 15 pesetas, para desayunar, comer y cenar. Con este importe comprábamos un bocadillo y nos quedábamos a cero. Pero en un tren de reclutas de aquella época no se pasaba hambre, pues iban todos con los  petates llenos de comida, que le habían preparado sus madres, y al vernos a nosotros con un simple bocadillo para pasar el día nos ofrecían de todo.

  El día 15 de Abril, el Teniente Loira, un Teniente que estaba encargado de los deportes en el Regimiento y que alguna vez ya siendo yo Cabo 1º me había nombrado para colaborar con él, me dijo si quería ir a Valencia a cargo del personal de tropa que iba a participar en el Trofeo Deportivo Capitán General, cosa que acepté encantado, pues este Oficial era una persona con la cual se trabajaba a gusto, y a mí un viaje a Valencia siempre me agradaba, pues hay que tener presente que yo me pasé los dos primeros años de mili en dicha ciudad.

  Del 12 al 15 de Mayo de 1973, nos trasladamos con los carros a la zona del pantano del Cenajo, que está cerca de Hellín (Albacete), en cuya estación de ferrocarril desembarcamos los carros. Hicimos maniobras entre Hellín y Calasparra y al final nos acercamos al pantano, donde a bordo de barcazas del arma de Ingenieros que habían venido desde Zaragoza, trasladamos los carros de una parte a otra del pantano, efectuando tiro real con el cañón del carro sobre un talud de la otra parte del pantano.

                                                                                      

                                                                                                                                                        De maniobras en Chinchilla                                                                                                      De maniobras en Chinchilla

La primera semana del mes de Julio, la pasé de guardia en el Polvorín C-4, que es un polvorín donde se guardaba toda la munición de la Brigada XXXII y que está en la parte alta del faro de Navidad, faro que se encuentra situado en el lado izquierdo de la entrada al Puerto de Cartagena. Recuerdo que para que no se hiciera la semana muy larga, muchos días bajaba a las rocas que hay junto al mar y sobre todo a la puesta de sol, cogía muchos cangrejos que luego por la noche cocía en la cocina y que estaban muy buenos.

   Como ya he comentado, en los primeros años en Tentegorra estaba sólo el Batallón de Carros, donde se continuaban haciendo edificios para que en su día subiera el Batallón Motorizable, que continuaba todavía en el Cuartel de Antigones. A la misma vez, se estaba terminando de hacer una cocina con tres comedores adjuntos, en los cuales podían comer hasta 1.500 soldados a la vez. La cocina era grandísima, con ollas a presión, hornos y hasta un lavavajillas, todo muy moderno. Durante este periodo de tiempo, la cocina del Regimiento estaba en Antigones, estando encargado de la misma un Brigada o Subteniente. Los Sargentos  hacíamos servicio de cocina en Tentegorra, pero no podíamos comprar nada, teniendo que bajar todos los días a primera hora al Cuartel de Antigones para que el Suboficial de cocina nos diera los suministros para la  comida de ese día, por lo que nuestra misión como Sargento de cocina se limitaba a controlar al personal y que la cocina estuviera siempre limpia.

   Yo de Sargento (igual que lo hacia de Cabo 1º) seguía haciendo el servicio de Suboficial de Semana en la Compañía, así como de Suboficial de Guardia en el Campamento de Tentegorra. Entonces, el servicio de Suboficial de Semana duraba como su nombre indica una semana, y sólo podías salir del Cuartel a la hora del paseo de la tropa, teniendo que estar presente en el Cuartel un cuarto de hora antes de pasar lista de retreta. Sobre las vicisitudes y anécdotas que me pasaron durante estos servicios, habría para una gran novela, por lo que no me voy a extender en ello. Solo decir, que la tropa a mí siempre me ha respetado como yo a ella, y mi puerta estaba siempre abierta para cualquier cosa que surgiera, y si estaba en mi mano ayudar en todo lo posible lo hacía.

  A comienzos de 1974, tomé parte en unas maniobras con carros en la zona de Sucina (Murcia). Recuerdo que fuimos por carretera hasta cerca de Sucina y luego, partiendo desde  allí,  hicimos un ejercicio táctico en dirección a Los Martínez del Puerto (Murcia), cruzando la carretera general y llegando cerca de Corvera (Murcia). Hoy en día con la circulación que hay sería imposible hacer lo que hicimos por entonces.

   Los siguientes meses los pasé en la Compañía, con la instrucción de los soldados, haciendo servicio de semana, guardias y yendo de vez en cuando al Barranco de Los Sánchez, que es donde está el campo de tiro. Allí se realizaban ejercicios,  tanto con armas individuales, subfusil y pistola, como con las armas del carro.

   El día 3 de Octubre nos tocaba ir con los carros al Barranco de Los Sánchez, pues había unos ejercicios con tiro de cañón y ametralladoras, el día antes por la tarde estuvimos en la Compañía haciendo todos los preparativos para el día siguiente, preparar material, munición y ametralladoras. La ametralladora de 12,70 mm, que es la que maneja el Jefe de carro y va montada en la torreta, es un arma de procedencia americana, como el carro, había que tener mucho cuidado con ella, pues tenía un cañón que iba enroscado al resto del arma. Pero según las normas americanas,  una vez enroscado había que girarlo a la izquierda para quitarle 4 puntos, cada punto era un clic que hacia un fleje sobre la parte exterior extriada del cañón, como se había hecho muy tarde nos marchamos y se quedó el Sargento de Semana encargado de hacerle dicha operación que se llamaba huelgo de culote. Por la mañana del día 3 salimos a primera hora con los carros para el campo de tiro. Recuerdo que la Compañía la mandaba todavía el Capitán Vázquez Duran. Siempre que íbamos al tiro nos acompañaba el médico del Regimiento, que en este caso era el entonces Capitán médico Suárez, un Capitán que tenía muy mala fama entre los Suboficiales, pues alguno había llegado a dar parte de él a la superioridad. Nos acompañaba una ambulancia, que era un Willy que lo habían adaptado para ambulancia en el que la camilla iba un metro fuera del vehículo Esta ambulancia se llevaba para cubrir el expediente, pues como se comprobó después, no era apta para este servicio. Al llegar al campo de tiro, a mi Sección que la mandaba entonces el Teniente Gómez Ortega, le tocó colocarse por la zona donde estaba el antiguo cuartel de la Guardia Civil, nos desplegamos en línea, un carro al costado de otro, separados por unos 20 metros, con el cañón apuntando hacia el campo de tiro, y sobre las 11,30 horas nos dieron la orden por radio de empezar los ejercicios de tiro. El ejercicio consistía en dar marcha atrás al carro sobre unos 20 metros aproximadamente, a continuación volver a marchar  hacia delante y a continuación disparar con el cañón y las ametralladoras de 7,62 mm y 12,70 mm, que como recordareis la manejaba yo que era el Jefe del Carro 112. Para empezar a disparar la ametralladora, lo primero que hay que hacer es colocar la cinta de munición, cosa que ya habíamos hecho nada más llegar. Al montar el arma, el extractor que lleva el cierre, extrae un cartucho de la cinta, yo observé que al extraerlo me costaba un poco engarzar el cartucho, pero no le di importancia. Una vez que el arma estaba montada, se soltaba la palanca y el cartucho se introducía en la recamara. A continuación oprimí el gatillo, y empiezo a disparar, observando que salió un disparo, pero en el siguiente de pronto el cartucho explotó y gran cantidad de esquirlas de latón de la vaina se me introducen por todo el abdomen. Recuerdo que íbamos todavía en manga corta y en principio yo no observé sangre por ningún lado, sólo los agujeros en la camisa y al descubrirla los orificios de entrada de las esquirlas, pero sangre no se veía. A los dos minutos más o menos empecé a sentir un dolor muy fuerte en la parte interior, cerca de los riñones. Los demás carros, al darse cuenta de lo que había pasado, dejaron de disparar y los compañeros acudieron a ver lo que había pasado. Yo mientras tanto me bajé del carro por mis propios medios, llegando a continuación el médico y ordenándome  tender en el suelo. Ordenó que viniera la ambulancia, pero al darse cuenta que era el Willy dijo que era muy peligroso llevarme en ella, por lo que pidieron por radio una ambulancia al Grupo Logístico, Unidad que estaba en nuestro propio cuartel. La ambulancia no tardó mucho en llegar, pero yo estaba ya con un dolor fortísimo , sobre todo como si fuera un dolor muy fuerte de riñones, me subieron a la ambulancia en una camilla y salió a todo gas para el Hospital de marina que estaba entonces donde está ahora la Universidad Politécnica de Cartagena. Sobre las doce llegué al Hospital, con la suerte de que a esa hora estaban todos los médicos allí, sobre todo el Teniente Coronel D. Mariano Brej, que entonces era el mejor cirujano que había en Cartagena, tanto en la Seguridad Social como en la Sanidad Militar. Me llevaron directamente al quirófano, donde empezaron a sacarme sangre y a ponerme la anestesia. Yo me quedé durmiendo viendo como los médicos miraban en el monitor las diferentes partes del cuerpo donde tenía las esquirlas.

   De pronto, veo que me llevaban por el pasillo en la cama hacía la habitación del hospital, donde debía permanecer junto a varios enfermos. Fui despertando poco a poco de la anestesia. Recuerdo que lo primero que vi a mi lado fue a mi madre y a mi padre que me iban acompañando, más tarde los médicos y enfermeros me fueron diciendo lo que había pasado durante la operación, según me dijo el doctor Brej me tuvieron que cortar sobre 15 centímetros de intestino delgado y volver a unir, pues una parte había sido afectada por varias esquirlas, también el duodeno tuvieron que coserlo por varios sitios y algo más que no recuerdo. Según me contó el doctor después, me había quedado una esquirla   en una zona del músculo y que no corría peligro, por lo que no intentaron sacarla. Esta esquirla cada vez que me hago una radiografía se lo tengo que advertir al médico, pues siempre aparece en la misma.

   El día 17 de Octubre, después de 14 días en el hospital me fui a mi casa con 30 días de permiso de convalecencia, diciéndome el médico que podía comer de todo.

   Cuando yo estaba recién ingresado en el Hospital, mi entonces novia, hoy mi mujer, vino un día a verme y después me enteré que lo había pasado muy mal , pues para venir había dejado el coche en casa de un tío suyo en un pueblo de la comarca, y se acercó a la parada del autobús que está en una plaza frente a un bar donde normalmente se reúne la gente del pueblo, cuando escucha a unos hombres que había cerca y que me conocían a mí y que no sabían que la chica que había al lado era mi novia, estos hombres estaban diciendo : “creo que el Sargento Carrasco esta muy mal en el Hospital y que posiblemente no se salve”. Un enfermero que estaba entonces en prácticas en el Hospital de Marina,  que era hermano de un compañero del cuartel ya fallecido y que me conocía, cada vez que me veía después me decía que durante la operación cuando tenía la anestesia puesta no para de decir : “si salgo de esta me caso”. Supongo que sería de broma. A causa del accidente, se abrieron unas diligencias previas  para investigar las causas del mismo y si había alguna responsabilidad por parte de alguien, cerrándose las mismas sin encontrar responsable alguno. Poco después me concedieron la Medalla de Sufrimientos por la Patria, por la que me dieron una pensión de 2.250 pesetas y una indemnización de 8.970 pesetas, esto se entiende por una sola vez, no cobrando nada en la actualidad por dicha medalla.

    A comienzo de 1975 vino destinado a la Compañía el Capitán Loira Pérez, estábamos todos muy contentos, pues lo conocíamos desde Teniente y era un hombre muy bueno en todos los aspectos, tanto para la tropa como para los mandos.

   Siguiendo con mi vida militar, del 6 al 21 de Marzo de 1975 estuve de guardia en la Prisión Militar del Castillo de Galeras, el servicio era de 15 días, durante los cuales no podía salir del recinto de la prisión. La dirección de la prisión la ejercía cada mes un Capitán, bien de Infantería del Regimiento o de Artillería del Regimiento de Artillería nº 6. Por esa época, en la prisión había sobre 400 presos, de ellos casi la mitad eran de tropa del ejercito y algún guardia civil que había sido condenado por algún delito a más de tres meses de castigo, pues los de menos de tres meses se cumplían en los calabozos de las Unidades. La otra mitad eran Testigos de Jehová, la mayoría eran catalanes y por negarse a hacer el servicio militar les metían unos cuantos años en presión. Estos no daban problema alguno, lo único era que no los podías molestar cuando estaban rezando, que era muy a menudo. Los presos militares, que por regla general era gente que estaba condenada por robo o por indisciplina daban algún problema de vez en cuando.

   Yo el Castillo ya lo conocía, pues al llegar al Regimiento en el año 1964 de Cabo 1º me mandaron varios meses destinado a dicho Castillo, junto con dos soldados más, cuya misión era vigilarlo y conservarlo, pues en aquella época no existía todavía la prisión. Recuerdo que entonces, en la torre del Castillo, la marina tenía un observatorio para vigilar la llegada de los barcos, donde todos los días subía un Sargento para hacer la guardia. Yo por las noches me subía un rato para estar con él y recuerdo que tenía un telescopio para observar la llegada de los barcos, telescopio que yo cogía algunas veces para ver las películas que proyectaban en el cine de verano del Parque de Los Juncos, un parque que está en el ensanche de Cartagena lo menos a dos Km. del Castillo, por supuesto se veía perfectamente pero volviendo al cine mudo. 

   El 24 de Septiembre me fui con la Compañía de maniobras a la zona de Hoya Gonzalo (Albacete), donde estuvimos haciendo ejercicios por el Campo de Maniobras de Chinchilla hasta el 8 de Octubre, o sea 14 días. Recuerdo que una noche, sobre las 23 horas, nos reunió el Capitán y nos dijo que esa noche iban a fusilar a varios terroristas que estaban condenados a muerte. Creo que fusilaron a dos o tres y, a causa de aquello, todos los países se pusieron en contra de España. A Franco le faltaban dos meses para morir y aquellos fueron los últimos fusilamientos que hubo en España, pues con la entrada de la democracia fue abolida la pena de muerte.

                                                                        

                                                                                                            En el Campo de maniobras de Chinchilla durante un descanso                                                                          Con una de las varias tripulaciones que tuve           

Como dije anteriormente, siempre que íbamos de maniobras con los carros, embarcábamos en el tren en la estación de Cartagena y desembarcábamos en la estación de Chinchilla, a continuación por un camino de tierra llegábamos al Campo de maniobras que estaba a unos 8 Km. de distancia de la estación. Cuando estábamos de maniobras por los menos un par de veces nos dejaban salir a los pueblos de casas de Juan Núñez o a Hoya Gonzalo, donde había varios bares y discotecas y podíamos llamar por teléfono y despejarnos un poco.

   El día 3 de Enero de 1976 me casé y entre los invitados asistió el Teniente Coronel Jefe del Batallón Jiménez Robles, el Capitán de mi Compañía Loira y varios Suboficiales compañeros de la Cia.

   Una vez cumplido el mes de permiso que pedí para casarme regresé, al Cuartel y a continuación marché de maniobras a Chinchilla a la operación “Escudo”.Pasamos una semana allí haciendo ejercicios tácticos y vida de campamento.

   Del 5 al 10 de Abril presto servicio de guardia en la Prisión Militar del castillo de San Julian, en este Castillo estaba la prisión para Oficiales y Suboficiales, normalmente sólo había uno o dos presos y entonces no se montaba la guardia, encargándose de la vigilancia el jefe de la prisión y un Suboficial que había destinado allí en plantilla junto con varios soldados. Por esas fechas, metieron en la prisión a varios Comandantes y Capitanes que habían sido procesados por pertenecer a la Unión Militar Democrática, una asociación que estaba prohibida en el ejército. A estos Oficiales una vez que cumplieron el arresto los expulsaron del ejército.

   El 15 de Septiembre empecé la fase por correspondencia del curso para ascenso a Brigada. Esta fase consistía en estudiar un programa, que nos mandaban de la Academia de Infantería de Toledo, era sobre todo repaso de cultura general que ya dimos en el curso de sargento, así como todo el armamento que en esa época tenía el ejército a cargo. El 4 de Febrero, después de venir de una guardia en el Polvorín C-4 de una semana, marché a la Academia de Infantería de Toledo, donde realicé el examen para ascenso a Brigada y siendo declarado apto ascendí a dicho empleo con fecha de 28 de Febrero, quedando disponible en la plaza de Cartagena y agregado al Regimiento.

   Al no existir vacantes de Brigada en el Regimiento, el día 22 de Abril soy destinado con carácter forzoso  a la Zona de Reclutamiento y Movilización nº 42 en Gerona, efectuando mi despedida del Regimiento el día 30 de dicho mes.

     El día 17 de Mayo salí en tren para Gerona, donde me presenté el día 18 y me mandaron a la Sección de Movilización. A los pocos días, salieron vacantes de Brigada en el Regimiento España 18 con preferencia para los que tuvieran el Curso de Jefe de Carro de Combate, curso que yo poseía. Como de todos los que habíamos ascendido de Cartagena yo tenía el nº 1 sabía con certeza que me darían la plaza.

   El día 21 de Junio de 1977 fui destinado nuevamente al Regimiento de Infantería España nº 18, donde me presenté el 15 de Julio mandándome al Batallón de Carros, Compañía Plana Mayor. No me mandaron a la Primera Compañía, mi Compañía de toda la vida, porque si iba a la Compañía tenía que ser de auxiliar del Capitán, puesto que estaba ocupado entonces por el Subteniente Morata.

   En la Plana Mayor me mandaron a la Sección de automóviles, donde estaba encargado de toda la administración referente a los vehículos que tenía a cargo la Unidad, así como el control de los conductores.

   Del 30 de Agosto al 6 de Septiembre estuve de maniobras en el Ejercicio Táctico “Operación Hércules” en la zona de Alpera (Albacete). Esta vez no iba con carros, sino con los vehículos de ruedas de la Cia. Plana Mayor.

   El día 1 de Septiembre de 1978, por haber ascendido a Teniente el Subteniente Morata y dejar libre la plaza de auxiliar, el Capitán Loira, que mandaba todavía la Compañía me reclamó para desempeñar este cargo, por lo que fui destinado otra vez a la Primera Compañía, Compañía en la que ya había estado antes entre Cabo 1º y Sargento 11 años.

    Durante el año 1979 continuo en mi Compañía desempeñando el cargo de auxiliar del Capitán, la misión del auxiliar, es como su nombre indica, auxiliar al, Capitán en todo lo referente a la Compañía: como llevar la administración, pagar a los soldados, llevar el control e inventario de todo el material que tiene a cargo la Compañía, ect.

   Al estar las nuevas naves terminadas, la Primera Compañía abandonó la nave que había ocupado desde el principio y fue trasladada a una de estas nuevas que estaba en un primer piso. Al poco tiempo de estar en la nueva nave, un Cabo que entraba de refuerzo por la noche, una vez recogido el Subfusil y la munición se encerró en un aseo y se disparó una ráfaga de subfusil que le entró por la barbilla y le salió por la parte superior de la cabeza. Estaba de servicio de Semana el entonces Sargento Cegarra y fue el primero que acudió al oír los disparos. Supongo que debió sufrir una impresión muy grande. Este Cabo no había dado nunca problemas y era un buen chaval, no se lo que le pasaría por la cabeza para hacer lo que hizo.

   Al Capitán Loira le gustaban mucho las habas, cuando era el tiempo de ellas siempre que iba al campo a ver a mis padres me traía un saco y luego por la mañana a la hora del descanso, en una sala de la Compañía nos juntábamos todos los mandos y yo ponía las habas, otros el bonito y otros el vinos, y almorzábamos de puta madre. Del Capitán Loira yo siempre decía que tenía echo un curso acelerado de pelar habas, pues era un artista haciéndolo.

     Durante este año, además de las guardias que hacía como Oficial en el cuartel, también hice unas maniobras durante el mes de Abril en la zona de Chinchilla. La Compañía iba con carros y yo, como auxiliar, iba encargado de la cocina de Compañía, esta cocina era remolcada por un vehículo marca Pegaso y cocinábamos en el campamento suministrando los víveres unas veces de Intendencia y otras yendo a comprar a Albacete.

   A comienzo de Marzo de 1980, salimos con la Compañía a la zona del Barranco de Los Sánchez, que es donde está el campo de tiro. Estas salidas suelen ser de lunes a viernes a mediodía y ésta era la primera que se hacía. Normalmente cuando íbamos a Los Sánchez, lo hacíamos con carros y se aprovechaba para hacer ejercicios de tiro con los carros. Yo iba con mi cocina y me encargaba de ir a comprar todos los días la comida a Cartagena, para que luego los cocineros la prepararan en la cocina de campaña. Los mandos solíamos tener una tienda grande de campaña donde hacíamos las diferentes comidas y pasábamos nuestros ratos de asueto. Para la tropa también se montaba una tienda grande que hacia las veces de hogar del soldado.

    Creo recordar que una de las maniobras que hicimos a Chinchilla durante este año, por falta de Oficiales, me nombraron a mí Jefe de una Sección de Carros y estuve agregado al Regimiento de Infantería Mallorca nº 13,  que pertenecía también a nuestra Brigada XXXIII. Fuimos agregados a la Primera Compañía, a la que seguíamos durante los ejercicios y acampábamos junto a ella y ellos nos daban de comer por medio de su cocina de campaña. Había gran diferencia con las Compañías de carros, pues nosotros siempre llevábamos nuestro comedor con todo tipo de vajilla y ellos no llevaban nada, teniendo que comer de cualquier forma, hasta el punto que una mañana el desayuno que era chocolate  nos lo tuvimos que tomar en una botella de plástico pasándola de uno a otro.

   Sobre estas maniobras con el Mallorca 13, tengo que contar una anécdota que pasó con aquel Sargento que ya conté otra historia cuando embarcó un carro. Este Sargento venía mandando un carro en mi Sección, teníamos que hacer un tema táctico donde avanzaba a la vez la infantería a pie  y la Sección de carros. Yo desplegué la Sección en línea, que era una formación en que cada carro iba avanzando al costado de otro dejando un intervalo de unos 50 metros. Cuando íbamos avanzando, el citado Sargento se encontró un montículo de frente, diciéndome por radio qué  hacía, contestándole yo que lo evitara bordeándolo por algún lado, pues se veía a simple vista que la pendiente que tenía no la podía subir el carro, en resumen, que en vez de bordear siguió subiendo, hasta que el carro una vez que no podía subir más empezó a deslizarse hacia abajo, pisando el conductor el freno y saliéndose las cadenas del carro. Cuando llegaron los mecánicos del equipo “A”, ahora al mando del Sargento Sacristán, se echaron las manos a la cabeza del desastre que se encontraron, se pusieron a trabajar remolcándolo con otro carro hasta dejarlo en  una zona más o menos horizontal. Recuerdo que estaba lloviendo y se acercó el Capitán del Mallorca 13 con el que nosotros íbamos agregado, y al ver lo que había pasado, nos dijo que nos quedáramos allí la Sección de carros hasta que se reparara. Empezó el equipo de mecánicos auxiliados por las tripulaciones de los carros a quitar las cadenas del todo y luego volver a montarlas, tarea bastante complicada y pesada. Sobre las 10 de la noche aparecimos por el Campamento con todos los carros, quedando el Capitán asombrado de lo rápido que habíamos terminado, diciéndole nosotros que los carristas estábamos acostumbrados a cosas como esa.

                                                                                         

                                                                                                                                       Con compañeros durante un vino                                                                                           Maniobras en Chinchilla cuando fui agregado al Mallorca 13

 A final de 1980 el Capitán Loira dejó la Compañía, pues ascendió a Comandante, con este Capitán pasamos muy buenos ratos en la Compañía, pues era como un compañero más. Le hicimos una cena de despedida en el restaurante Los Churrascos del Algar (Cartagena), haciéndole entrega de una boina de carrista con la estrella de Comandante, luego de madrugada nos invitó  a su casa de Cabo de Palos donde estuvimos haciendo palomitas y pasamos un rato muy agradable.

   En lugar del Capitán Loira vino a mandar la Compañía el Capitán Sánchez Marín, este Capitán venía de la Plana Mayor del Batallón Mecanizado, que por cierto dicho Batallón ya había subido todo completo a Tentegorra al estar ya todas las naves terminadas. En principio, a este Capitán lo recibimos con recelo, pues traía muy mala fama de su estancia en el Mecanizado, pero a su llegada a la Compañía empezó a transformarse, les pasaba a todos los Capitanes que venían a carros, pues no era lo mismo mandar una Unidad de infantes a pie y en TOAs. que una Unidad de carros con 17 vehículos  de combate que valían miles de millones de pesetas y en la que el personal tenía que estar especializado para formar parte de ella.

   Yo con este Capitán me llevaba muy bien, igual que los demás, aunque era un maniático de la limpieza y le gustaba que cada cosa estuviera siempre en su sitio.

  El día 1 de Febrero de 1981, entré de servicio de cocina con mi Capitán. Al estar ahora todo el Regimiento en Tentegorra, había ya una sola cocina en la que entraban de servicio por meses los Capitanes de Compañía, como Inspector de cocina, y por tanto su auxiliar le acompañaba en ese cometido durante todo el mes. El que se encargaba de todo era el Brigada, pues tenía que hacer la minuta de la comida del día siguiente y encargar todos los ingredientes de la misma, lo que algunos proveedores subían al Cuartel, otros como la fruta tenía que ir yo diariamente a la lonja de Cartagena para elegir la fruta y verdura del día. Otras veces mandaba al Cabo de cocina, que era un Cabo de la Compañía que yo había elegido para que me ayudara, así como a un escribiente   Recuerdo que ese mes de Febrero estaba mandando el Regimiento el Coronel Ponsoda, un Coronel que cuando dijeron que venía a mandar el Regimiento se echó la gente a temblar, sobre todo los Oficiales, pues tenía muy mala fama, según contaban Oficiales y Suboficiales que le conocían de sus tiempos en Ceuta y Melilla.. Este Coronel, vivía en una casa que había en el Cuartel de Antigones, que como recordaré ya no albergaba ninguna Unidad del Regimiento. Para vigilar el Cuartel de Antigones  se nombraba todos los días una guardia al mando de un Brigada o Subteniente, cuando salía o entraba había que formarle la guardia y darle la novedad. Solía pasar revista a la Guardia y si algún soldado tenía las botas sucias o el uniforme en mal estado, te echaba la bronca y al soldado lo arrestaba, sin embargo si un soldado tenía las botas muy limpias le daba una semana de permiso. Como dije antes estaba de cocina en este mes de Febrero cuando el Coronel dice un día, que al día siguiente va a pasar revista a la cocina, aunque la cocina estaba siempre limpia, pues ya he dicho antes que al Capitán le gustaba que estuviera siempre todo en orden y limpio. El día anterior se hizo una limpieza a fondo. El día de la revista llegó el Coronel y el Capitán mandó poner firmes a todo el mundo y le dio la novedad. A continuación, el Coronel pasó por todos los cuartos de la cocina pasando la inspección hasta que llegó a un cuarto en que había gran cantidad de bandejas, que no se de que material estaban hechas, pero cuando se limpiaban después de hacer asado al horno, había que darles una pasada de aceite y a veces hasta con eso se oxidaban. Pues sea porque el aceite no las cubrió bien o por lo que sea, empezó a escarbar en las bandejas y empezaron a aparecer bandejas oxidadas, el Coronel entró en cólera y el Capitán me miraba a mí y no sabía que decir,. Terminada la inspección nos dijo que dentro de tres días vendría a ver como estaban las bandejas. Para terminar diré que cuando vino a los tres días el Coronel a ver las bandejas, estas estaban metidas en el horno, pues ese día había puesto asado de pollo, el Capitán al principio cuando se enteró se puso nervioso, pero cuando llegó el Coronel y preguntó por las bandejas  le dije que tenía asado de pollo y estaban en el horno, no dijo nada y se marchó.

  Llegamos al 21 de Febrero, que como todos recordaran fue el día en que el Teniente Coronel de la Guardia Civil Tejero asaltó el Congreso de los Diputados. Cuando me encontraba en la oficina de la cocina sobre las 6 de la tarde, escuché un poco de jaleo en la cocina y salí y vi que todos los cocineros estaban junto a una radio escuchando las noticias del asalto. A los pocos minutos me llamó el Coronel Ponsoda que estaba en la sala de Oficiales. Al llegar  al cuerpo de Guardia que estaba junto a la sala de Oficiales, escuché por  radio el Bando que el General Milán del Boch había ordenado que todas las emisoras de radio transmitieran, donde decía entre otras cosas que quedaban suspendidos todos los partidos políticos y todos los sindicatos y que había que atenerse a lo que mandara la autoridad militar. Me presenté al Coronel y me dijo que preparara cena para todos los mandos del Regimiento, que en pocos momentos empezarían a llegar al haber dado la orden de acuartelamiento de todo el personal.

   Estuvimos acuartelados durante unos 4 días, durante los cuales no podía salir ni a comprar comida. Todo me lo subían los proveedores, incluso la fruta y verdura, durante esos días tuve que dar desayuno, comida y cena a más de 1.300 personas entre mandos y tropa. Recuerdo que una noche, puse de segundo huevos fritos con patas y cuando fui a llevar la prueba de la cena al Coronel sobre las 20,30, (la prueba es una muestra de la comida que hay que llevar al Coronel antes de cada comida para que la pruebe y de el visto bueno de la misma), al ver los huevos fritos me dice ¿estos huevos se los comerán la gente calientes no?. Le contesté que sí, a lo que me dice que irá a verlo a la hora de la cena. Yo estaba tranquilo, pues el cocinero había empezado a freír huevos a las 5 de la tarde, hay que recordar que cenaban 1.300 personas y entonces no había autoservicio, sino que había que poner toda la comida a la misma vez en las mesas, pensé que si iba ya tendría una excusa, pero llegó la hora de la cena y no subió.

   Sobre este Coronel no me resisto a contar una anécdota que le pasó con el Subteniente Suárez, alias “El Águila) , aquel de la llave de relojero cuando era Sargento. Estaba “El Águila” de servicio de cocina,  cuando acercándose la hora de llevar la prueba de la comida al Coronel, le comunica el cocinero que las lentejas del primer plato se habían pegado y echaban mucho sabor a quemado. Sin pensarlo dos veces “El Águila”mandó al Cabo a una tienda que había junto a Los Cuatro Caminos a que comprara una lata de lentejas estofadas, llevando la prueba a su hora y diciéndole el Coronel que estaban muy buenas y que le habían salido ese día al cocinero estupendas. Cuando iba de maniobras el Coronel y se sentaba a la mesa para comer, siempre decía que “El Águila”se pusiera lo más lejos posible de él, pues no paraba de pincharle, era el único al que Ponsoda le aguantaba las bromas, pues como dije antes El Águila” era un paraca con gracia que a todo el mundo le caía bien, aunque un poco carota. Después, cuando el Coronel ascendió a General y venía por el Cuartel alguna vez, lo primero que hacía era darle un abrazo al “Águila”en el centro de la explanada principal.

                                                                                  

                                                                                                                            Con personal de la Cia. fotografiados en la misma                                                                                        Durante unas maniobras con mi tripulación

 

    Del 8 al 13 de Junio realicé una salida al campo con el Teniente Puertas, un Teniente que era de la Tercera Compañía de Carros y como la CIA.  no tenía cocina me eligió a mí para que le acompañara con la cocina de mi Compañía y me encargara de hacer la compra y preparar la comida para el personal de su Sección, unas 50 personas aproximadamente. Fuimos a la zona de Relleu, un pueblo que está en la provincia de Alicante, metido hacia el interior en zona montañosa.

   En Septiembre y Octubre realicé dos salidas más al campo, una a la zona del Polvorín C-4 y otra al Barranco de Los Sánchez hasta. El 31 de Octubre marché con la Compañía a la zona de Garrucha (Almería) para realizar las maniobras “Operación CRISEX-81”, estas maniobras eran conjuntas con el ejército de Estados Unidos de América. Desde Cartagena fuimos a una zona cerca de Garrucha en un barco de transporte de la Armada. Embarcamos los carros y resto de vehículos de ruedas en el Puerto de Cartagena. Una vez que llegamos a una playa cerca de Garrucha, pasamos a unas barcazas  los carros y vehículos, trasladando éstas mismas hasta la playa donde habían montado rejillas sobre la arena, por donde  los carros y vehículos ruedas rodaban perfectamente para salir de la playa. Estuvimos por esa zona hasta el día 4 de Noviembre que regresamos a Cartagena. Por estas maniobras, el rey que estuvo presente en las mismas, nos felicitó, saliendo la felicitación en la Orden de Capitanía y siendo apunta en nuestra Hoja de Servicios.

   Para no perder mucho el tiempo, el día 21 del mismo mes nos mandaron para la zona de Chinchilla para realizar unas nuevas maniobras llamadas “Operación Dragón, regresando nuevamente a Cartagena el día 25.

   Durante los meses de Febrero, Marzo y Abril de 1982 participé en salidas al campo de lunes a viernes en las zonas de Barranco de Los Sánchez y Polvorín C-5, que es un Polvorín que había detrás del castillo de San Julián.

   Del 29 de Junio al 8 de Julio, marché con mi Compañía a la zona de Albacete a prestar servicio de seguridad con motivo del campeonato del mundo de fútbol celebrado ese año en España. Mi Compañía se centralizó en las instalaciones que la empresa butano tenía antes de entrar a Albacete, donde quedamos alojados el Mando de la Compañía más la cocina y un destacamento que se encargaba de vigilar todo el recinto, pues en su interior había unos depósitos esféricos muy grandes donde se almacenaba el gas butano que llegaba allí por medio de cisternas que partían de Escombreras en Cartagena. El resto de personal de la Compañía estaba distribuido para vigilar otras zonas cercanas, como los repetidores de televisión, centrales eléctricas, depósitos de CAMPSA, etc. Yo me encargaba de comprar los víveres y cocinar y llevar la comida a los distintos destacamentos, recuerdo que al ser el mes de Julio hacía un fortísimo calor a la hora de mediodía, que era la hora de repartir la comida.

   Durante esta época que mandaba la Compañía el Capitán Sánchez Marín, estaba destinado también en la misma, primero de Alférez y después de Teniente, Atencia, un Oficial que cuando se iba el Capitán de permiso o para hacer algún curso se quedaba mandando la Compañía porque era el más antiguo. Yo con este Oficial me llevaba y me he llevado siempre muy bien, pues es una persona muy educada y no daba ningún permiso a la tropa sin consultarlo antes conmigo, su auxiliar. A mi muchas veces me daba corte  que estuviera siempre diciendo:” Pepe, qué te parece esto o aquello”.No  hacia nada sin consultármelo, y no es porque no estuviera enterado, pues para ser de la escala media que era procedente de Suboficial era un Oficial muy competente y estaba enterado de todo. Después, cuando yo estuve destinado en el Gobierno Militar estuvo él mandando el Destacamento Logístico donde yo estaba bajo su mando y seguimos la misma relación, sin embargo a muchos Suboficiales del Regimiento no les caía bien, no se por qué.

   Antes de terminar el año 1982 pude realizar una salida al campo, al Barranco de Los Sánchez y unas maniobras en Chinchilla.

   Al final de 1982 o comienzos de 1983, el Capitán Sánchez Marín dejó la Compañía por haber ascendido a Comandante y vino destinado a la misma el Capitán Leyva. Este Capitán estuvo destinado de Teniente en la Segunda Compañía de Carros desde que vino al Batallón, era de los Capitanes más jóvenes de su época, pues había ascendido con solo 25 años. Cuando nos enteramos que venía a la Cia. nos alegramos mucho, pues ya de Teniente tenía muy buena fama entre los Suboficiales y la tropa, muy buena persona, entre Loira y él no sabría con quien quedarme. A Leyva siempre le gustaba tomar junto con el cafetito una copa de ginebra, sin hielo ni nada.

  A comienzo de Febrero voy al Barranco de Los Sánchez en una salida al campo con carros, aunque yo, como siempre, iba encargado de la cocina. Normalmente cuando llegábamos al  campo el personal de tropa se dedicaba a montar las tiendas de campaña, las tiendas de tropa eran para 4 y las de Oficiales y Suboficiales individuales. Unas vez que estaban las tiendas pequeñas montadas nos dedicábamos a montar la tienda-comedor para los mandos, así  una tienda grande se solía montar para hacer de bar y comedor de la tropa, mientras tanto los cocineros y ayudantes de cocina se encargaban de montar la cocina de campaña y prepararse para empezar a hacer la comida. El lunes solía llevar ya todo lo necesario para la comida del día, pero el resto de días hasta el viernes solía bajar a primera hora de la mañana a Cartagena para hacer la compra, sobre todo la carne y el pescado y alguna verdura y fruta. La comida la compraba con el importe que nos daban de la plaza de rancho de los soldados, que según la época variaba, creo que por entonces estaría a unas 150 pesetas cada uno y día. A los mandos con los pluses que nos pagaban teníamos que poner al final el mismo importe.

   Del 9 al 20 de Mayo voy a la zona de Almería de maniobras. Como la vez anterior embarcamos en Cartagena, pero esta vez desembarcamos en el Puerto de Almería. A continuación cogimos una rambla que desemboca cerca de la ciudad y nos metimos hacia el interior de la provincia, llegando al Campamento de Viator donde estuvimos unos días haciendo maniobras y ejercicios de tiro. Recuerdo que hacía mucho viento y se levantaban grandes polvaredas hasta el punto de que un día había arroz a la cubana y al ir a repartirlo tenía la paella un dedo de tierra por encima. Cuando terminamos en Viator cogimos nuevamente la rambla y nos fuimos para Almería para embarcar, pero al llegar a la desembocadura nos dijeron que el barco tardaría bastante en llegar, por lo que para no tener que esperar en el Puerto donde podíamos estorbar, nos quedamos en la desembocadura de la rambla, montando la cocina para hacer la cena.

   El Capitán y un Teniente se fueron para Almería para ver cómo estaba lo del embarque, quedándose al mando de la Compañía otro Teniente. Serían sobre las 21,30 horas, cuando los cocineros habían empezado ya a hacer la cena, apareció al poco tiempo una Patrulla de la Policía Local de Almería y comunicó al Teniente que teníamos que abandonar la zona rápidamente, pues había una gran tormenta en la parte interior y era muy posible que bajase una gran riada por la rambla. Rápidamente dejamos de cocinar y desmontamos la cocina y todos los vehículos y carros se pusieron en marcha para el Puerto de Almería al mando del Teniente. Llegamos al Puerto y allí terminamos de hacer la cena y se repartió. Sobre la una de la mañana llegó al Puerto el Capitán y el Teniente  diciendo que se habían llevado un gran susto al llegar al campamento y no ver nada allí, creyendo que le habían robado la Compañía.

   El 28 de Mayo, una semana después de llegar de Almería marché con la Compañía  a la zona del Polvorín C-4. Hubo un tiempo en que las Cias. iban a dicho polvorín  durante las salidas al campo semanales con objeto de protegerlo de posibles atentados. Estuvimos allí hasta el 1 de Junio.

   Del 26 al 30 de Septiembre nos busquemos una nueva zona para hacer la salida semanal con la Compañía sin carros. Fuimos a la playa de Percheles que está por la zona de Mazarrón, cerca del pueblo de Cañada Gallego. Es una playa casi virgen y en la que no hay edificaciones. Montamos las tiendas y la cocina cerca de la playa, por ese tiempo el agua estaba todavía buena para bañarse, lo que hacíamos todos los días. Yo a parte de mi cocina en los ratos libres me dedicaba a pescar, pues me había llevado conmigo la caña de pescar, deporte al que entonces estaba enganchado.  Iba todos los días a Mazarrón que está a unos 5 Km. para hacer la compra del día, alguna vez iba al  Puerto de Mazarrón a la hora de llegar los barcos de pesca y compraba alguna caja de sardinas, que más tarde en el Campamento, cada uno una vez ensartadas en una caña se las asaba en una fogata que se hacía, estaban buenísimas, pues habían sido pescadas ese mismo día. Después fuimos varias veces a esa zona, pues era un sitio que le agradaba mucho al Capitán Leyva y donde  lo pasábamos bien. Recuerdo que una vez que hacía mucho viento, me fui yo a Cartagena para suministrar y cuando regresé sobre las 9 de la noche me encontré todo el Campamento desecho, todas las tiendas en el suelo y el toldo de la cocina había volado.

                                                                                         

                                                                                                       El Príncipe Felipe durante su visita al Cuartel de Tentegorra                                                                   El Teniente Atencia con las tripulaciones de carros

 Del 19 al 28 de Febrero de 1984 me trasladé a la zona de Almería a fin de tomar parte en los ejercicios tácticos “Operación Tiburón I”. Me parece que para estas maniobras los vehículos de ruedas del Batallón marcharon por carretera y los carros por barco. Yo iba en un Willy que conducía un soldado, ocupaba la parte del ayudante del conductor cuando al cruzar un puente estrecho, el camión que iba delante frenó de pronto porque venía otro de frente, al conductor del Willy no le dio tiempo a frenar y nos empotramos sobre la parte trasera del camión. Al producirse el choque yo salí despedido hacia delante golpeándome la pierna con un tornillo de una abrazadera de sujeción del extintor, extintor que este vehículo no llevaba, no se porqué motivo. Me examinó el enfermero de la Compañía y me curó la herida, el hierro había llegado a tocar un poco el hueso, por lo que al principio el dolor era intenso, aunque parece que no había fractura. Cuando llegamos a Almería me llevaron a un servicio de urgencia donde me pusieron la vacuna antitetánica, pues no era cosa de broma, ya que el tornillo estaba oxidado. Recuerdo que me tiré los 10 días  de maniobras en la tienda de los mandos con el pie encima de una silla, nombrando el Capitán un Sargento para que se encargara de la cocina.

   Del 31 de Marzo al 11 de Abril vamos con el Batallón  de Carros a la zona de Chinchilla para hacer unas maniobras Alfa-Beta. Se llaman así porque eran unas maniobras de Compañía empalmadas con unas de Batallón. Normalmente cuando iba el Regimiento o el Batallón de maniobras a Chinchilla suministraba los víveres la Unidad de Intendencia del Grupo Logístico de la Brigada XXXII, pero estas maniobras eran solo de Batallón, por lo que nos pusimos de acuerdo todas las Compañías y confeccionamos un menú común para todas, pero el suministro y la comida lo hacíamos cada Compañía independientemente, aunque íbamos a suministrar al mismo sitio.

   Por las mañanas después del desayuno, nos reuníamos los auxiliares de las Compañías y en un Land-Rover con remolque marchábamos a Albacete que estaba a unos 10 Kms. del Campamento. Entre los Auxiliares recuerdo a Victoriano de la Segunda de carros y a Rubio de la Plana Mayor y aun Sargento en practicas que iba con la Tercera. Nosotros normalmente hacíamos la compra para la cena de ese día y para la comida del día siguiente, por lo que cuando nos marchábamos por la mañana los víveres para la comida del día ya la tenían los cocineros. Al entrar a Albacete había una empresa que suministraba carne al por mayor, donde nos preparaban la carne en cajas individuales y muy bien envasadas. Luego íbamos a un mercado que había en el centro donde en una pescadería adquiríamos el pescado a un hombre que era muy pequeñito y al que Rubio tan bromista como siempre, le puso un mote muy gracioso que ahora no recuerdo.

   Una vez echa la compra, a la vuelta para el Campamento, era parada obligada en el pueblo de La Felipa, donde en un bar preparaban unos chorizos de orza con huevos fritos que junto a un buen vaso de vino te quitaba el frío que hacía por aquella zona. Durante estos viajes lo pasábamos bien, pues Rubio iba siempre contando chistes, sobre todo uno sobre Tarradellas que lo contaba siempre, pues sabía que a mí me entraba un ataque de risa que no me podía dominar. En el Campamento tanto los soldados como los mandos nos decían que estaban comiendo mucho mejor que cuando suministraba Intendencia, y llevaban razón, pues en unas maniobras en la que suministraban ellos para una cena de 250 hombres nos dieron para hacer un hervido de verduras, una coliflor, 3 Kg. de patatas y un manojo de acelgas.

   No recuerdo si fue en esas maniobras o en otras, cuando una noche sobre las 12 nos dimos cuenta de que no quedaba agua en la cisterna, por lo que Rubio y yo cogemos un camión y enganchamos la misma y nos fuimos a la estación de Albacete para llenarla, para salir del Campamento y por los caminos del campo de maniobras el camión suele ir dando saltos por lo irregular del terreno. Al llegar a la estación de tren, enchufamos a la cisterna la manguera que tienen para llenar de agua las maquinas de tren, cuando estamos en plena faena vemos asombrados que se levanta el toldo de la carrocería del camión y aparece un Sargento restregándose los ojos y preguntando que dónde estaba, que qué pasaba, había venido durmiendo desde el Campamento y no se había enterado, seguro  que si le hubiera caído una bomba al lado le hubiera pasado lo mismo.

   Del 4 al 16 de Mayo voy otra vez a la zona de Almería, esta vez para tomar parte en la operación “Tiburón II” y del 5 al 10 de Julio voy al Polvorín C-4 junto con la Compañía a pasar una semana allí, yo como siempre con mi cocina y preparando la comida para unos 100 hombres.

   Del 1 al 5 de Octubre voy otra vez con motivo de una salida de Compañía a la playa de Percheles, aunque era ya un poco tarde el agua todavía estaba buena.

   Del 22 al 28 de Octubre fuimos con el Batallón para realizar un ejercicio tipo Beta con carros en la zona de Mazarrón, estuvimos acampados por la parte alta del pueblo en dirección a Totana, recuerdo que una noche el alcalde del pueblo nos invitó a algunos mandos en un  restaurante del Puerto a un plato típico de allí, unos calamares en su tinta, hechos en una paellera muy grande, ni que decir que estaban buenísimos.

  Tras haber estado haciendo un curso por correspondencia para ascender a Teniente, el día 26 de Noviembre marché a la Academia Especial Militar, cita en Villaverde (Madrid), donde permanecí hasta el día 1 de Diciembre. Durante estos días, hicimos los distintos exámenes que debíamos superar para poder hacer el curso de presente durante 2 meses. Nos presentamos todos los de mi curso que era el X de Sargento, había que hacer unas pruebas físicas y que algunos no las pasaban, yo no tuve problemas para aprobar, un ejemplo es que de las 100 preguntas del Test de matemáticas, creo que respondí bien sobre 98, pues las matemáticas siempre han sido mi punto fuerte. Durante los exámenes, nos alojamos en un Barrio que hay delante de la Academia donde alquilaban habitaciones y comíamos en un restaurante para obreros que había cerca y que no era muy caro, venían conmigo, Victoriano, Rosell, León y otros.

   El 8 de Enero de 1985 marché para Villaverde  (Madrid) a la Academia Especial Militar, al objeto de realizar la fase de presente del curso para ascenso a Teniente. Este curso duró 2 meses, regresando a Cartagena el día 8 de Marzo. El curso de presente no lo hacíamos todos juntos, sino que hicieron 3 tandas. A mí por mi número me tocó en la primera, recuerdo que venían conmigo también Victoriano y León. Nos alojamos en la Residencia Militar “El Quijote” que estaba en Madrid a unos 10 Kms. de la Academia, donde íbamos y veníamos todos los días que no teníamos servicio. Victoriano y yo como no teníamos coche nos íbamos todos los días con un compañero que era de León, recuerdo que como era el mes de Enero, por la mañana estaba el parabrisas del coche lleno de nieve o hielo. Siempre marchábamos un poco antes, pues a las 8 teníamos que estar en la Academia, para que nos diera tiempo a desayunar en un bar que había junto a la Academia y donde servían unas porras que estaban buenísimas. La comida del mediodía la hacíamos en la Academia, por regla general no estaba mal, allí comí por primera vez el típico cocido madrileño con todos sus ingredientes, que por cierto lo hacían muy bien.

                                                                                  

                                                                                                                     Las Damas de Sanidad Militar durante una visita a la cocina                                                                              Campamento durante unas Maniobras en Zaragoza             

Durante el curso nos distribuyeron por Secciones, a Victoriano y a mi nos tocó en la misma. Por aquel tiempo, estaba de profesor en la Academia el que fue Capitán de mi Compañía y entonces Comandante Sánchez Marín, que por cierto a mí no me daba clase. Durante el curso dábamos sobre todo clases teóricas, reservando el viernes para hacer instrucción con el sable. También subíamos algún día al Palancar para hacer ejercicios de tiro, recuerdo que uno de estos días que íbamos para el tiro el conductor se equivocó y se metió para el centro de Madrid.

   El 25 de Marzo por llevar 8 años de Brigada me ascendieron al empleo de Subteniente, quedando confirmado en mi actual destino del regimiento, pues ese ascenso no causaba cambio.

   Del 17 al 21 de Junio marché con mi Compañía para realizar una salida tipo Alfa a la zona de Torrevieja, a mi Capitán como le gustaban tanto las zonas de playa esta vez eligió una zona que está 6 Kms. antes de llegar a Torrevieja por la carretera general, después de pasar Campoamor. Instalamos el campamento junto a la carretera y a unos 100 metros de la playa, lo pasamos bien, pues todos los días nos bañábamos y alguna noche íbamos a Torrevieja. Recuerdo que un día cuando estábamos haciendo la comida escuchamos un golpe fuerte, salimos a la carretera y vimos que un coche le había dado un golpe a un hombre que iba en moto, el sanitario que iba con nosotros le auxilio y la ambulancia de la Compañía  lo trasladó a un centro sanitario de Torrevieja.   

   Del 31 de Octubre al 12 de Noviembre de este año 1985 fui con el Batallón a la zona de Chinchilla para hacer unas maniobras Alfa-Beta, por esas fecha hacía mucho frío. La Compañía había comprado una estufa de leña y la montamos en la tienda-comedor de los mandos. Se montaba en el fondo de la tienda y luego poníamos una tubería cogida al techo hasta la puerta de entrada, por donde salía el humo. Al calentarse todo el tubo mantenía toda la tienda con una temperatura muy buena. Las demás Compañías nos copiaron y al año siguiente todas llevaban estufa, más adelante compramos otra y la instalamos en la tienda-bar de la tropa.

   Yo también me inventé una ducha de campaña. Con la ayuda de los soldadores de la Cia. hicimos un soporte de hierro con 4 patas que era desmontable, en la parte superior poníamos un bidón de 50 litros al que en la parte de abajo le habíamos acoplado una alcachofa de ducha con una llave de paso, para el suelo hicimos una plataforma de madera y para resguardarnos de las vistas con teletas de tienda de campaña hicimos unas cortinas. Todo esto por separado se llevaba en el camión y cuando instalábamos el campamento se sacaba y se montaba todo. Durante el verano, nos duchábamos con agua fría y en  invierno se calentaba agua en la cocina y una vez mezclada en el depósito nos duchábamos. 

   Cuando íbamos a Chinchilla siempre salíamos alguna tarde-noche a dar una vuelta por el pueblo de casa de Juan Núñez que estaba a unos 6 Kms. del campamento. Muchas veces decían que no se podía salir, pero en mi Compañía el Capitán era el primero que se subía en el camión. Recuerdo que un día fuimos a Casas de Juan Núñez y como había mucha gente, pues ese día habían concedido también salida a la tropa, continuamos hacía un pueblo que está por lo menos 10 Kms. más lejos del que no me acuerdo el nombre. Estuvimos en el pueblo hasta las 12 de la noche y a la hora de cenar nos enteramos de que había una casa particular en la que la dueña, una mujer mayor preparaba cena a los que querían. Nos puso unas chuletas de cordero a la brasa y unos huevos fritos con patatas a lo pobre que estaban buenísimos y no nos cobró muy caro. Luego estuvimos en una discoteca, que por cierto no había ninguna chica, donde el Brigada Sacristán, un especialista que teníamos en la Compañía y que tenía mucha cara, se lió al camarero diciéndole que estábamos acampados cerca con un Batallón de 500  soldados y que al día siguiente los íbamos a llevar todos a la discoteca, el camarero cuando oyó esto se desvivía por invitarnos a cubatas.

   El 6 de Diciembre  cuando ya habían terminado todas las tandas del curso de Teniente, nos escalafónaron, sacando yo el número 30 que era el más bajo de los que habíamos ido de Cartagena. Esto de los números era muy importante a la hora de pedir destino, pues las plazas se daban por antigüedad y a un número más bajo mayor antigüedad. Aunque teníamos ya aprobado el curso no nos ascendían porque no había vacantes. Como veréis más adelante me tiré 3 años y medio con el curso aprobado y sin ascender.

   Del 13 al 24 de Enero de 1986 voy con el Batallón a Chinchilla a realizar otras maniobras Alfa-Beta, no tengo que decir por el mes que era que hacía un frío que pelaba. Las tiendas aparecían por la mañana llenas de escarcha o nieve, para combatirlo en la tienda-comedor la estufa a tope y por el campo cuando me encontraba con un Brigada del Mallorca 13 que siempre llevaba una cantimplora llena de orujo, me pegaba un buen trago que me resucitaba.

   Del 29 de Junio al 8 de Julio marchamos todo el Batallón de Carros al Campo de maniobras de San Gregorio en Zaragoza. Los carros marcharon en tren y los vehículos ruedas por carretera. Los que íbamos por carretera salimos de Cartagena en dirección a Valencia, donde llegamos y hicimos noche en el Campamento Militar de Betera. Al día siguiente cogimos la carretera de Valencia a Zaragoza, recuerdo que era el tiempo de las cerezas y al pasar por los pueblos se veía mucha gente vendiendo cerezas en la orilla de la carretera, así como los árboles llenos de esta fruta madura. Llegamos a Zaragoza a última hora de la tarde, donde en la estación de tren de la Academia General Militar ya nos estaban esperando los carros, que habían llegado poco antes. Marchamos todos juntos hacía el interior del Campo de maniobras, donde a unos 5 Kms. instalamos el Campamento.

   Durante los diez días que estuvimos en Zaragoza, los carros se dedicaron a hacer ejercicios tácticos conjuntamente con los alumnos de la Academia, por cierto entonces estaba haciendo sus practicas el Príncipe Felipe, aunque yo no lo llegué a ver. El Campamento estuvo estable durante todo el tiempo. Yo iba todos los días por la mañana a la Academia, donde el servicio de Intendencia de la misma nos suministraba los víveres para el día. Un día los carros salieron para hacer un ejercicio con los alumnos, este ejercicio duraba 2 días, por lo que les dí comida en frio para esos días y al personal que quedaba en el Campamento (que entre cocineros y otros serian unos 5) también les entregué la misma comida. Con permiso del Capitán me fui 2 días a la Academia junto con un Comandante y dos Suboficiales más. Dormí dos noches en la Academia y por la tarde salíamos a visitar Zaragoza que yo no la conocía.

   Del 8 al 12 de Septiembre y como hacía todavía buen tiempo para el baño mi Capitán nos llevó a la playa de Percheles en la zona de Mazarrón.

   Para empezar bien el año 1987 del 2 al 6 de Marzo me fuí al Barranco de Los Sánchez, donde me pasé 5 días dando de comer a los triperos de mi Compañía. Sin apenas descansar, el 20 de Junio me mandaron a Chinchilla hasta el día 29, como participante en unas maniobras Beta-Gamma, estas son ya de Brigada, se realizan los ejercicios tácticos de siempre por lo que paso de largo y no lo cuento.

    Por estas fechas, el Capitán Leyva dejó la Compañía y se fue para hacer el curso de Comandante, entregando la Unidad al Capitán Saiz Vicario, un Capitán que había estado destinado siempre de Teniente en la Segunda Compañía de Carros, no era mal Capitán, aunque como veréis más adelante yo estuve poco tiempo con él.

   Del 2 al 8 de Septiembre participé por última vez con mi Compañía en unas maniobras tipo Beta en la zona de Chinchilla. Digo por última vez porque tras regresar el día 16 causé baja en mi Compañía por haber sido destinado a la Unidad de Servicios del Acuartelamiento USAC. Tras más de 20 años en la misma Compañía y cansado de hacer salidas al campo y maniobras, había pedido destino a la Usac, donde no se hacían maniobras, solo se hacía el servicio de cocina cada 5 o 6 meses.

  A la misma vez que yo, salieron también destinados a la Usac, dos compañeros míos del Batallón. Recuerdo que mandaba el Regimiento un Coronel que hoy está retirado de General y vive en Cartagena. Este Coronel un día, en una charla a los Oficiales y Suboficiales se dejó caer que los tres Suboficiales  nos habíamos ido a la Usac porque no teníamos ganas de trabajar. Nada más terminar la charla nos presentamos en su despacho y le dijimos a su Ayudante que queríamos hablar con él. Nos recibió, estando también presente el Teniente Coronel del Batallón Mecanizado y que nos conocía a nosotros desde la época  en que el era Teniente. Yo como más antiguo de los tres le hablé primero y le dije que había dicho eso de nosotros porque no nos conocía, que yo llevaba 21 años en el Batallón de Carros y que todos los años pasaba fuera de mi casa entre maniobras, salidas al campo y guardias, más de 3 meses, que si quería podía ver mi hoja de servicios. El Teniente Coronel del Mecanizado se reía, porque sabía que era verdad, al final el Coronel por los gestos que hacía daba a entender que se había equivocado.

   Al llegar a la USAC que entonces la mandaba el Comandante Martínez, un Comandante que había estado de Teniente y Capitán en carros, me encargaron del mantenimiento del cuartel y de los jardines, así como de la lavandería y la piscina, aparte cuando me correspondía por turno hacía un mes de servicio de cocina.

   Por esa época estaba mandando la Compañía de la Usac el Capitán Ramos, un Capitán que era de Alicante y que de Sargento había estado destinado en la Primera Compañía de Carros cuando yo era Cabo 1º. Este Capitán era de la escala media y como era procedente de Suboficial se llevaba muy bien con todos los Suboficiales, sobre todo con los que habían estado antes en carros con él.

   Como he dicho antes, una de mis misiones era controlar el mantenimiento de los jardines del Acuartelamiento, para esto tenía a mi cargo tres o cuatro soldados que se encargaban de realizar los trabajos. Entre estos soldados había uno que se apellida Mora y que es de Hoya del Campo, en Abarán (Murcia). Este soldado fue un día al Cuartel para recomendármelo un Teniente de Artillería que yo conocía y que iba acompañado por el  padre del soldado que había estado realizando el servicio militar con él en el Parque. Me hablaron de él y que había sido destinado a la USAc, por lo que yo lo metí en el equipo del jardín. Al poco tiempo lo nombré jefe de los jardineros ya que el  muchacho tenía mucha idea, era muy trabajador y no se escaqueaba nunca. Tenía siempre los jardines en perfecto estado y de vez en cuando hacía plantaciones nuevas. Los demás soldados estaban mosqueados con él porque les hacía trabajar mucho. Yo lo compensaba dándole de vez en cuando unos días de permiso. Con este soldado, después de licenciarse, continúo manteniendo contacto y nos vemos a menudo en cualquier celebración.

   El día 15 de Marzo de 1989 asciendo a Teniente y quedo disponible en la plaza de Cartagena, por lo que me despido de la USAC y del Acuartelamiento que había sido mi sede durante más de 23 años.

    A partir de aquí ya no voy a relatar mis recuerdos, pues no están relacionados con el Regimiento España 18. Solo diré que me destinaron al Gobierno Militar de Bilbao donde estuve 18 meses. A continuación fui destinado a mandar la Sección de Policía Militar del Gobierno Militar de Cartagena. Una vez disuelta la PM. continué en el Gobierno Militar a cargo de una sección del mismo hasta que ascendí a Capitán y después de varios meses, viendo que me mandaban destinado otra vez al País Vasco o a Madrid, decidí pedir la Reserva Transitoria y marcharme a mi casa.

   El 30 de Junio de 1996 volví al Cuartel de Tentegorra, donde asistí al acto de despedida de nuestro Regimiento y pase bajo su Bandera besándola por última vez. Al marchar a la Reserva Transitoria tenía derecho a un ascenso más cuando me correspondiera, por lo que en el año 2003 ascendí al empleo de Comandante.

                                                                                            

                                                                                                             Besando la Bandera el día de la despedida del Regimiento                                                                                          Libro de memorias editado por mí                  

 

 

 

 

FIN

 

 

CARTAGENA, MAYO DE 2009

 

 

 

 

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